Cronos y el horror en los noventa

Reseña de Cronos, la primera cinta de Guillermo del Toro y una de las historias de horror más originales de las últimas décadas.
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En una entrevista incluida en el dvd de Cronos le preguntaron a Guillermo del Toro si se sentía mal de que lo catalogaran como un director de horror. Su respuesta fue: “¿Por qué me voy a sentir mal? He pasado muchos años tratando de lograr ser un director de horror.” El oriundo de Jalisco soñó con hacer películas de monstruos desde muy pequeño. Estudió maquillaje en la escuela de Dick Smith (The Exorcist y Altered States) y después fundó su compañía de diseño de maquillaje llamada Necropia, la cual hizo todos los efectos en Cronos.

En 1987, del Toro filmó el cortometraje Geometría donde dejó ver los primeros indicios de lo que eventualmente haría en su primer largometraje. Una de sus más grandes influencias en su estilo y narrativa es el director italiano Mario Bava. La colorida composición del cuadro y la construcción gradual de los elementos atemorizantes son elementos clásicos del cine de Bava. En la siguiente secuencia de la película Black Sabbath del director italiano vemos ecos del estilo de del Toro.

Durante ochos años, del Toro desarrolló el guión e intento conseguir el financiamiento necesario para poder filmar Cronos. El principal interés de del Toro era crear una variación sobre el mito de los vampiros, algo que no se hubiera visto en el cine o en la literatura. En el fondo el origen de la historia era la relación que él tenía con su abuela, quien vivía con su familia de niño y tardó varios años en morir. El director se refleja a través de los ojos de Aurora Gris, la niña de la película, que acepta a su abuelo tal y como es sin importar qué tan decrépito esté su cuerpo. La historia de algunos de los filmes de Guillermo del Toro manifiestan la visión de un niño o niña alrededor de seres sobrenaturales (o, en el caso de El laberinto del fauno, monstruosos sin tener que ser sobrenaturales).

En el inicio de Cronos vemos al alquimista, quien inventó el aparato del mismo nombre para alcanzar la vida eterna, gravemente herido por el colapso de un edificio donde estaba. Antes de morir dice: “Suo tempore” que significa: “A su tiempo”. Lo que sigue es una especie de cuento de hadas donde después de mucha dificultad su protagonista descubrirá esa verdad.

El guión toma una desviación interesante de la mitología de los vampiros. Dejando a un lado el tener que beber sangre para subsistir y la posibilidad de tener o no poderes sobrenaturales, los vampiros escogen ser así para vivir por siempre. El tiempo, por lo tanto, lo es todo para ellos. A lo largo de toda la película hay relojes por doquier. No es gratuito que el protagonista de la historia, Jesús Gris (Federico Lupi), trabaje en una tienda de antigüedades.. Su tienda está atiborrada de relojes en las paredes. A lo largo del film se pueden descubrir más relojes y referencias al paso del tiempo, siendo el más importante de ellos el interior del aparato Cronos, que funciona como los engranes de un reloj.

La secuencia de la fiesta de año nuevo es una de las muestras más claras del talento naciente de Guillermo Del Toro. En medio de una fiesta con cientos de personas, Jesús descubre a un invitado que se levanta para ir al baño porque le está sangrando la nariz. Es justo en ese momento cuando se da cuenta que desea la sangre. Jesús se levanta y lo sigue al baño. Aquí la fotografía y trabajo de cámaras de Guillermo Navarro es reminiscente a la secuencia de la fiesta de la película Notorious de Alfred Hitchcock. Ya en el baño, la sed de sangre de Jesús lo lleva a lamer una gota tirada en el piso. Nadie dijo que ser vampiro es cosa fácil. El director obliga a Jesús a lamer la sangre del piso: una humillación.

La película nunca cae en los clichés en los que incurren muchas de las películas de horror, ni acude a sustos simples como el salto desde las sombras. El horror lo encontramos en la manera gradual en la cual Jesús va perdiendo su alma por usar el dispositivo. Después de morir y revivir varias veces y con su cuerpo en descomposición, huele la sangre que tiene la pequeña en una mano y se pone de rodillas dispuesto a beber de ella. La niña no lo detiene porque quiere que él esté bien. Es aquí cuando Jesús recapacita y acepta la muerte natural en vez de seguir el camino de la inmortalidad. Una secuencia muy conmovedora que recuerda la escena de Nosferatu cuando el Conde Orlock va a atacar a una mujer en su recámara y en eso llega la luz del día y acaba con él.

Suo tempore. Todo a su tiempo.  

 

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José Rubén Escalante nació en la Ciudad de México en 1978. Ha sido cineasta, crítico de cine y publicista.


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