- En su nuevo libro, 'Por qué el liberalismo funciona', Deirdre McCloskey critica ferozmente el estatismo, la coerción gubernamental masiva, los monopolios y las políticas “que se adentran de una manera inusualmente profunda en la vida de las personas”.En La mente cautiva, Czesław Miłosz puso luz en la libertad o en el sometimiento como hechos individuales en un mundo de apariencia libre.La polémica sobre el PIN parental ha reabierto el debate sobre el papel del Estado en la educación moral de los niños.En su clásico 'Sin legalidad no hay libertad', Piero Calamandrei, jurista padre de la Constitución italiana de 1948, defiende que el principio de legalidad es la condición necesaria para la democracia liberal.Ningún partido que defienda a los débiles debería dar la espalda a las prostitutas, pero el PSOE se ha negado a escucharlas.Para defender la democracia liberal, la socialdemocracia, el conservadurismo constitucional y el liberalismo progresista no pueden llamarse enemigos.En sus ensayos y charlas, la premio Nobel de literatura de 2007 defendió el individualismo y criticó el sectarismo, la corrección política y el dogmatismo.La mayoría de españoles apoya una regulación de la eutanasia, pero el Congreso de los Diputados solo propone reformas parciales y cosméticas.El filósofo habla sobre su libro más reciente, Política para perplejos (Galaxia Gutenberg): "Hay un aspecto positivo de la incertidumbre y es que tiene un efecto democratizador porque nos afecta a todos"En la batalla por ocupar el espacio de la socialdemocracia ha surgido una izquierda autoritaria y populista.
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