- Las fronteras cambiarán aunque no pueda presenciarlo ni imaginarlo.El pasado mes de febrero, Antonio Muñoz Molina recibió el premio Jerusalén. En su discurso de aceptación, que aquí reproducimos, reflexionó sobre la gran paradoja del trabajo del escritor: por un lado su deseo de soledad y, al mismo tiempo, su necesidad de llegar a los demás.
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