- En su nuevo libro, 'Por qué el liberalismo funciona', Deirdre McCloskey critica ferozmente el estatismo, la coerción gubernamental masiva, los monopolios y las políticas “que se adentran de una manera inusualmente profunda en la vida de las personas”.A causa del confinamiento y el cierre de numerosas actividades económicas, muchas mujeres perdieron sus ingresos al tiempo que aumentó su carga en el trabajo de cuidados. Esta situación pone en riesgo décadas de avance en materia de equidad.La suspensión de labores no prioritarias ha dejado a la deriva a millares de trabajadores por cuenta propia y pequeños empresarios, que han tenido que adaptarse a una crisis de dimensiones inéditas. Sus historias permiten ver los desafíos de una “nueva normalidad” en materia económica.Los mercados financieros no están preocupados y sería una estupidez iniciar la austeridad antes de que comience la recuperación. Entonces: ¿por qué hay personas inteligentes que se creen esas tonterías?En la globalización del siglo XXI resulta más difícil arruinar a otros socios comerciales sin llevarse por delante las propias empresas nacionales.Cualquier solución satisfactoria requiere de un esfuerzo de negociación y una voluntad de acuerdo que quizá resulten muy difíciles de alcanzar en el contexto de la actual crisis sanitaria.La ficción aporta datos sobre la economía del momento que pueden usarse para mostrar la desigualdad. Un buen ejemplo son las novelas de Jane Austen, pero también 'Ana Karenina' o 'Papá Goriot' contienen abundante información sociológica.¿Por qué los economistas clásicos no hablaban de la desigualdad de la renta?La crisis del coronavirus ya está transformando el mundo, que será más proteccionista y menos abierto y liberal.
Notas sobre coronavirus, economía, democracia, cambio climático, globalización, privacidad, liderazgo y cómo aprender de los errores de los demás.
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