- Como muchos políticos de su generación, Barack Obama siente nostalgia por una supuesta “era dorada” del bipartidismo. En sus memorias repasa con rigor sus años como candidato y presidente pero olvida cuestiones importantes y presenta una imagen de EEUU muy alejada de la realidad.Las consecuencias de la terquedad republicana serían graves para EUA y, probablemente, para Obama. Pero los mayores perjudicados serían, sin duda, los propios republicanos.La aprobación de una reforma migratoria parecía probable hace seis meses y resulta casi inevitable ahora.El segundo periodo de Obama empieza como terminó el primero: en medio de conflictos partidistas que parecen irreconciliables.El riesgo del abismo fiscal fue conjurado; pero lo que acabamos de ver no es más que la primera –y más leve- de las cuatro batallas de la que se vislumbra como una guerra campal.El problema no es Romney; el problema es su partido.Después de ser un entusiasta partidario de Obama hace cuatro años, me confieso decepcionado.Las próximas elecciones de Estados Unidos ponen en juego mucho más que al titular del despacho oval de la Casa Blanca: se enfrentan dos maneras de entender el mundo y de habitarlo. Las repercusiones del regreso de los republicanos al poder podrían ser terribles, alerta Rosenberg en este ensayo.Para Wieseltier, las bases ideológicas del candidato republicano a la vicepresidencia de Estados Unidos muestran el grado de autismo e individualismo exacerbado en que ha caído la derecha norteamericana.Presentamos un perfil de Julián Castro, alcalde de San Antonio y estrella emergente en la política estadounidense, junto a dos análisis del papel que el voto latino jugará en esta elección, y cada vez más, dado el rápido crecimiento demográfico de la población latina en Estados Unidos.
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