- Como muchos políticos de su generación, Barack Obama siente nostalgia por una supuesta “era dorada” del bipartidismo. En sus memorias repasa con rigor sus años como candidato y presidente pero olvida cuestiones importantes y presenta una imagen de EEUU muy alejada de la realidad.El fin de Trump será una gran noticia para Estados Unidos por razones obvias; también será una buena noticia el fin del antitrumpismo, una rama del progresismo basada en la histeria, la hipérbole, la terapia grupal, la gesticulación vacía y
una épica de la resistencia artificial.La promesa de continuismo del candidato demócrata es decepcionante: no solo porque asume que Trump es la desviación de un progreso lineal (y no el representante de una nueva realidad), sino también porque cree que estamos ante un problema de carácter y no estructural.La autobiografía de Michelle Obama, la biografía de James Costos, el exembajador estadounidense en España, o Fascismos, de la exsecretaria de Estado Madeleine Albright, demuestran una nostalgia por la era de Obama.Donald Trump ha tenido éxito negando los valores que convierten a Obama en un buen presidente: la tolerancia, el pluralismo, el liberalismo.La vida cotidiana al interior de Cuba no ha cambiado de manera drástica, pero esta nueva etapa plantea preguntas necesarias para imaginar su futuro.Cuba y Estados Unidos normalizaron sus relaciones diplomáticas sin que el régimen de los Castro tuviera que caer. La vida cotidiana al interior de la isla no ha cambiado de manera drástica, pero esta nueva etapa plantea preguntas necesarias para imaginar su futuro.Una breve guía, con ejemplos en video, de qué hacer y qué no hacer para atraer reflectores hacia tu persona y causa, interrumpiendo los discursos de políticos.Iniciar Sesión
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