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Señor Director:
A continuación una carta dirigida al Maestro Gabriel Zaid:

Los trabajadores de Radio Educación hemos leído con mucho interés el artículo "Radio paradiso", que apareció en el número de septiembre de la revista Letras Libres. Nos parece muy importante que la voz de alguien como usted, que tiene influencia en los ámbitos de la política y la cultura de nuestro país, se interese por un tema que la mayor de las veces, salvo en el caso de los especialistas, es abordado desde la perspectiva del negocio, la frivolidad y la difusión de famas efímeras, sin tomar en cuenta el papel de los medios y, en este caso, de la radio, en el ámbito de la educación y la formación de ciudadanos.
     No obstante los aciertos de su texto, encontramos algunas imprecisiones, quizá por falta de información, sobre todo en lo que se refiere a Radio Educación. Imprecisiones que, nos parece, deben aclararse de manera pública.
     La radio no se hace sólo con buenas intenciones. Producir radio cuesta, como cualquier otra especialidad profesional de calidad. Radio Educación hasta ahora, como todas las emisoras educativas, culturales, indigenistas y universitarias, ha venido trabajando con presupuestos ridículos (menos de cuarenta millones de pesos anuales en el año 2002), si los comparamos con las ganancias de los medios comerciales a cuenta de la difusión de propaganda política por radio y televisión en tiempo triple A, dineros que, no está de más mencionar, son parte de los impuestos que usted y nosotros como trabajadores pagamos a Hacienda.
     No entendemos a qué se refiere cuando menciona que "Radio Educación parece un caso perdido". ¿Perdido para quién, Maestro? ¿O perdido por qué? Seguramente usted no ha escuchado la emisora, o, si lo ha hecho, ha sido sin atención. En sus más de treinta años de transmisión ininterrumpida, Radio Educación ha sido una ganancia para dar voz a los diversos grupos sociales, y para dar cuenta de la riqueza musical de México y del mundo. No entendemos a qué se refiere con tutti fruti al hablar de la programación, sin embargo le podemos decir, haciendo un esfuerzo de interpretación, que ese tutti fruti se refiere a la vastísima herencia y actualidad cultural de nuestro tiempo y de nuestro país, junto con el resto del mundo. Ese tutti fruti, Maestro, se refiere a todo lo que no es "buena música", según su propia definición, y tiene que ver con las vertientes que el jazz, el rock, la música popular y las fusiones, entre muchísimas otras experimentaciones sonoras, han hecho para enriquecer el panorama musical actual, considerando por supuesto la obra de compositores mexicanos contemporáneos, a quienes, por cierto, usted no incluye en su particular definición de "buena música".
     Creemos también que es una falta de información, que deviene falta de tino y de pertinencia, el que usted sugiera que "Sería mejor [para Radio Educación] transferirla al Conservatorio Nacional de Música, para que difundiera buena música". La radio, Maestro, no es una rocola, ni tampoco un sucedáneo para "lectores fodongos". Es un medio de comunicación que en los últimos años ha demostrado poseer un enorme caudal expresivo, que con los elementos de su propio código es capaz de crear emociones, sensaciones, ambientes, épocas, en fin, capaz de construir nuevas realidades a partir de la utilización de los géneros radiofónicos y el manejo de la música, los sonidos, la voz y el silencio. La radio no es, como parece empeñada la radio comercial, un canal para enviar señales políticas entre grupos de poder, un medio para conseguir clientes a los productos que se anuncian, un recipiente y amplificador de la estulticia. La radio es más, mucho más, que un tocadiscos, Maestro, así sea Bach el autor de la música que se escucha.
     En Radio Educación, Maestro, hemos optado por una radio inteligente, por una que utilice a fondo los recursos expresivos del medio, que esté relacionada con el arte, la cultura y la educación; quienes trabajamos en Radio Educación, estamos convencidos de que la radio es un medio de creación, de encuentro con el otro, de información plural, más allá de las opiniones del gurú de moda. De esta manera, voces de artistas, políticos, científicos —incluida la suya— han enriquecido y enriquecen, la fonoteca de Radio Educación, una de las más importantes del país en función de los tesoros sonoros que guarda.
     Celebramos que usted se interese por la radio mexicana, pero celebraríamos más que su interés se sumara a la demanda que nosotros, y varios grupos de la sociedad, hemos expresado en torno a la creación de un verdadero sistema de medios públicos, de Estado, que esté al servicio de la sociedad y no al servicio de unos cuantos, a quienes, como hemos visto, no es la radio, ni la buena música, lo que les interesa.
     Le invitamos muy cordialmente a visitar las instalaciones de Radio Educación, a escuchar nuestra señal al aire, y a conversar al aire con nosotros y los radioescuchas sobre estos temas, que indudablemente son de interés público. ~
     Atentamente,
     Delegación Sindical de Radio Educación,
     — Hilda Saray Gómez González,
     Secretaria General

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