Gao Xingjian

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El Premio Nobel a Gao Xingjian ciertamente fue sorpresivo: muchos de quienes esperábamos que la lengua china fuera galardonada teníamos en mente al gran poeta Bei Dao. Sin embargo, tanto la obra narrativa como la teatral de Gao tienen la originalidad y universalidad que la hacen de sobra merecedora del premio. Mi primer contacto con la obra de Gao Xingjian fue por medio de una excelente traducción al español, aún inédita, de su obra de teatro Parada de autobús, hecha en Beijing por Jorge Svarzman en 1986 y discutida en el seminario de traducción de la profesora Flora Botton en El Colegio de México. Impresionado por el lenguaje coloquial beijinés de la obra, Svarzman trasladaba los hechos de un suburbio de Beijing a uno de Buenos Aires, en un intento por mantener en la traducción el efecto que la representación de la obra había causado en la lengua original. En ese momento había un gran entusiasmo en los círculos literarios de China por las innovaciones formales del teatro de Gao.
     Gao Xingjian nació el 4 de enero de 1940 en Ganzhou, provincia de Jiangxi. En 1962 se graduó en el Instituto de Lenguas Extranjeras de Beijing en francés. En el transcurso de su vida en China, Gao vivió los acontecimientos más importantes de la historia contemporánea de su país: la invasión japonesa, la guerra, el entusiasmo socialista, la represión a los intelectuales y artistas, los experimentos radicales de las comunas, la revolución cultural, las reformas del liberalismo económico. Se dio a conocer como escritor en 1980, lo que coincidió con los inicios de las reformas liberales y el relajamiento de algunos controles del Estado, cuando después del IV Congreso de Escritores y Artistas, en octubre de 1979, el ambiente intelectual del país comenzó a bullir con el ímpetu de una creatividad durante largo tiempo acallada. Sin embargo, la élite política en control del Estado mantuvo su actitud vigilante hacia las influencias intelectuales que caprichosamente consideraban perniciosas. Así, en 1981 inició una campaña contra la liberalización burguesa en la que fueron criticados varios escritores. En junio de 1981 Gao empezó a trabajar como escritor para el Teatro de las Artes del Pueblo de Beijing. A fines de ese año se publicó su trabajo "Estudio preliminar sobre el arte de la ficción moderna", que abrió un gran debate sobre el modernismo en la literatura y atrajo la atención del gobierno, lo que resultó en una ola de críticas a las referencias "extranjeras" —como el existencialismo, el absurdo, el individualismo, etc.— que el escritor hace en dicha obra.
     La primera de sus obras puesta en escena fue Señal de alarma, en octubre de 1982. El protagonista de la obra es un ladrón cuya novia y un viejo obrero le hacen ver sus errores; la escena transcurre en el carromato de custodia de un viejo tren de vapor. Esta obra marcó un hito en el teatro chino contemporáneo: por primera vez se experimentaba con la ruptura de los patrones textuales y formales de lo que había sido el teatro institucional y fue muy bien acogida por el público. La segunda puesta en escena de una obra de Gao fue la de Parada de autobús, en junio de 1983. La obra fue suspendida después de diez funciones. En ella se conjugan muchos elementos. Nos remite a Esperando a Godot de Beckett; utiliza, como lo había hecho Lao She en "La casa de té", el lenguaje coloquial de Beijing y recupera en el personaje del Hombre Silencioso al protagonista de "El transeúnte" de Lu Xun. Gao retrata en esta obra la resignación pasiva, la indecisión y la superficialidad de la sociedad beijinesa. En octubre del mismo año Deng Xiaoping hizo un llamado a la lucha contra la "contaminación espiritual", campaña catalogada como la más grande hasta ese momento después de la revolución cultural. Poco después, a Gao le diagnosticaron erróneamente un cáncer de pulmón, enfermedad de la que había muerto su padre dos años antes, y mientras se aclaraba el diagnóstico se fue algunas semanas a Nanjing con su hermano. En medio de su enfrentamiento con la muerte y los rumores de que sería enviado por el gobierno a la lejana provincia de Qinghai, Gao emprendió un largo viaje por el sur del país. De regreso a Beijing publicó varios cuentos y en octubre de 1984 escribió su obra Hombre salvaje, cuya representación, demorada por la campaña contra la contaminación espiritual, se hizo en mayo de 1985. En esta obra, con claro acento autobiográfico, Gao retrata a un intelectual de edad mediana que vive la ruptura de su matrimonio, el caos político y la desidia del gobierno local urbano. La obra fue poco después prohibida.
     A fines de 1985 Gao aceptó una invitación a Berlín y de allí realizó dos viajes a Francia. Regresó a Beijing a principios de 1986 y escribió La otraorilla, que fue censurada. Esta es una obra formalmente más audaz que las anteriores, que incursiona de manera contundente en el teatro total.
     En 1987 se desató una nueva campaña contra el "liberalismo burgués". En el mismo año Gao salió de China invitado por Alemania, donde permaneció un tiempo para después establecerse definitivamente en Francia. Lejos de los barullos políticos, Gao ha continuado su trabajo creativo. En 1990 publicó en Taiwan su novela La montaña del alma, que comenzó en 1982, considerada como su obra más importante. Después de los acontecimientos violentos de junio de 1989 en Tiananmen, Gao renunció al Partido Comunista y escribió Los fugitivos, obra centrada en las angustias existenciales de tres personajes que se resguardan de la violencia en un almacén abandonado. Desde ese momento sus obras no han sido puestas en escena de manera directa en China y el Premio Nobel le ha valido la prohibición explícita de su obra. –

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