Unitalla. La forma o el color
del dios o cielo alto importa menos
que el hecho de que existe,
en algún sitio y de algún modo, atento
al rezo apresurado, o haciendo suyo el óbolo
dejado por la viuda en el santuario. Un niño
—solo con sus terribles realidades— pide a gritos
un límite, un muro cálido
en cuyas piedras halle una respuesta,
aunque vaga.
Extraña, tanta extravagancia —¿quién necesita
esas deidades de dieciocho brazos,
esos santos mohosos
cuyos huesos y heridas nos ofenden,
esos pebetes perfumados, esas huríes, budas dorados,
libros dictados en detalle por Moroni?
Nosotros; necesitamos más mundos.
Éste fracasará. –— Versión de Julio Trujillo
Alto impacto
así como la cocina, hay cine de fusión. O así lo considera Paul Haggis, flamante director de cine, reciente ganador del Óscar por el guión de Million Dollar…
La venganza del reino animal
De un tiempo a estas fechas, con cada año que pasa parece acortarse la distancia que nos separa del apocalipsis. No es novedad que, por una u otra razón, cada mes de diciembre…
Magú, nuestros monstruos
Hay algo de realismo en los trazos de Magú: en un país de gobernantes traicioneros, simuladores y crueles, sus cartones retratan la deformidad moral de la clase gobernante. Ha sido, además, el…
Experimento mental
Florece la luz en el aire, Es la siembra del cielo. La veo entre mis piernas, Alimentando a la cría De un animal celeste. De la niñez a la muerte, A velocidad…
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES