No eres solo tú, también son tus sesgos cognitivos

Las pruebas de la organización Project implicit han mostrado que existe una asociación implícita que lleva a equiparar a los hombres con el trabajo y a las mujeres con la familia. Un estudio reciente muestra que esos viejos prejuicios van retrocediendo.
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¿Conocen este acertijo?

Un padre y un hijo viajan en coche y tienen un accidente grave. El padre muere y al hijo se lo llevan al hospital porque necesita una compleja operación. Llaman a una eminencia médica, pero cuando llega y ve al paciente dice: “No puedo operarlo, es mi hijo”. ¿Cómo lo explicas?

Si ustedes dieron pronto con la respuesta, los envidio profundamente. Yo me muero de vergüenza. Durante treinta segundos mi cerebro rebuscó entre ideas de mecánica cuántica; pensé en Volver al futuro (¿Esto es algo en lo que Marty MacFly y el Doctor Emmet Brown están involucrados?) y, ya desesperada, hasta coqueteé con el gato de Schrödinger (¡El padre es ese gato!). Y la respuesta era tan sencilla, tan obvia. ¡Ah!

Apenada de mí misma, busqué refugio en Project Implicit, un proyecto sin fines de lucro fundado en 1998 que estudia “la cognición social implícita: los pensamientos y sentimientos fuera de la conciencia consciente y del control” y cuyo objetivo es mostrar al público sus propios sesgos ocultos, así como proporcionar un “laboratorio virtual” para recopilar datos en internet. Ahí hice el Test de Asociación Implícita de género y carrera.  De acuerdo con la BBC, más de un millón de personas han hecho estas pruebas, y los participantes masculinos equiparan a los hombres con el trabajo y a las mujeres con la familia. Lo apabullante es que 80% de las mujeres hacen esas misma relación

La explicación de “imparcialidad implícita” es una razón para estos resultados, pero no puede servirnos de coartada durante mucho tiempo más y no podemos dejar que las nuevas generaciones de niños y niñas sigan expuestos a esos mismos prejuicios. Y las cosas van cambiando poco a poco. Prueba de ello es el metaanálisis que David I. Miller, Kyle M. Nolla, Alice H. Eagly y David H. Uttal publicaron el año pasado en Child Development, en el que, revisando cincuenta años de pruebas “Dibuja un científico”, concluyeron que la representación de las mujeres en la ciencia ha aumentado sustancialmente en los Estados Unidos. Lo interesante es que esta tendencia en la percepción que tienen los niños de los científicos es paralela al aumento en el número real de mujeres científicas (¿Se acuerdan del “Si puedes verlas, puedes ser como ellas”? ¡Pues acá está probado!).

Durante aproximadamente el mismo período de tiempo, de 1960 a 2013, el porcentaje de mujeres que ocupan puestos en la ciencia aumentó, en Estados Unidos, del 28% al 49% en ciencias biológicas, del 8% al 35% en química y del 3% al 11% en física y astronomía. Además “las mujeres científicas ahora se representan más a menudo en los medios de comunicación infantiles. Por ejemplo, en 1960 las mujeres y las niñas representaron el 13% de las imágenes de personas en la ciencia en las historias de Highlights for children, pero este porcentaje aumentó al 44% en la década de 2000. “Del mismo modo, las mujeres y las niñas fueron el 39% de las imágenes de los científicos en los libros de no ficción infantil publicados en 1991–2011 y el 44% de las imágenes de los científicos en los libros de texto de ciencias de la escuela secundaria publicados en 2008.

Sería bien interesante un estudio similar en México para saber qué mensajes estamos mandando a los niños y niñas acerca de las posibilidades que tiene para elegir una carrera u oficio. Por lo pronto, en los libros de educación primaria queda claro que las mujeres son las madres (patria) y las poetas. 

Pero da gusto saber que Ika, la reportera en Deveras, revista de ciencia para niños, está ahí para recordarnos que no hay género para las ciencias.

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Es politóloga, periodista y editora. Todas las opiniones son a título personal.


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