Litografía de Franz Schubert, por Josef Kriehuber. Imagen: Wikimedia Commons

Metrónomo: música clásica en septiembre

En septiembre tuvimos grandes lanzamientos de músicos franceses entre ellos cuartetos para cuerdas de Schubert, además de la grabación del Concierto para violín no. 1 de Bartók.
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Musique avant toute chose, en septiembre tuvimos grandes lanzamientos de músicos franceses: l’enfant terrible Hélène Grimaud, la batuta de Laurence Equilbey y su Insula Orchestra además del cuarteto Van Kuijk, ya todo disponible en plataformas de streaming. Por otro lado, Vilde Frang, protegida de Anne-Sophie Mutter, grabó el Concierto para violín no. 1 de Béla Bartók y el Octeto para cuerdas op. 7 de Enescu.

 

 

Hélène Grimaud

Memory

Deutsche Grammophon

“La música pela las capas del tiempo para revelar la esencia de la experiencia” dice Hélène Grimaud respecto a su más reciente álbum, Memory. Para explorar la naturaleza universal de la memoria, la pianista ha seleccionado una serie de piezas de Debussy, Chopin, Satie y Silvestrov. Una de las ideas centrales de este trabajo viene del mismo Silvestrov: Music should be so transparent that one can see the bottom and that poetry shimmers through this transparency

Si bien es un objetivo ambicioso, lo cierto es que Grimaud no se queda corta. El álbum es capaz de llevarnos en ese viaje de la memoria; piezas como las Bagatelles de Silvestrov lo hacen posible. Esta no es la primera ocasión que la pianista se centra en una temática. Desde Credo (Beethoven, Corigliano y Pärt) en 2004 hasta Water (Liszt, Ravel, Albeniz y Debussy) en 2016, ha sido un recurso que ha utilizado exitosamente y que ofrece una narrativa sumamente interesante a sus grabaciones. Entre los mejores álbumes con esta estructura, a mi gusto, se encuentran definitivamente los dedicados a Bach del 2018, Duo con la chelista Sol Gabetta y Resonances en el 2010.

 

Laurence Equilbey

Beethoven: Piano Concertos 4 & 5 “Emperor”

Erato Records

Como posible epígrafe para un capítulo sobre Beethoven, Adorno recupera una línea tentativa para el Fausto de Goethe: Und Freude schwebt wie Sternenklang / Uns nur im Traume vor ( Y el gozo, como la música de las estrellas, / sólo en nuestros sueños lo sentimos). Esta grabación forma parte de una larga celebración que la Insula Orchestra, bajo la batuta de Laurence Equilbey, realiza con motivo del 250 aniversario del nacimiento de Beethoven, que tendrá lugar en el año 2020.

Equilbey fundó la Insula Orchestra en 2012, se ha concentrado en el periodo clásico y romántico e interpreta empleando instrumentos del periodo. Por ello, para esta grabación eligieron un piano Pleyel de 1892 el cual ofrece un sonido muy particular debido a que se trata de un eslabón entre el fortepiano y los pianos modernos. Para la conductora, esto agrega un nivel extra de relevancia al hecho de grabar nuevamente los conciertos para piano no. 4 y 5 del compositor.

 

Vilde Frang

Bartók Violin Concerto No. 1 / Enescu Octet

Warner Classics

Una de las promesas del violín, Vilde Frang, interpreta al lado de la Orchestre Philarmonique de Radio France el Concierto No. 1 para violín de Bartók y el Octeto para cuerdas op. 7 del violinista y compositor George Enescu. Ambas piezas tienen una historia particular.  El concierto de Bartók lo dedicó a Stefi Geyer, una violinista de quien estaba enamorado y que no le correspondió, lo cual provocó que el trabajo no se estrenara hasta 12 años después de la muerte del compositor.

El octeto de Enescu, escrito a los 19 años, fue ignorado durante mucho tiempo debido a la dificultad de interpretarlo. Con algunas influencias románticas y de música tradicional rumana, este trabajo es considerado una respuesta al octeto de Mendelssohn. Enescu tenía una memoria prodigiosa y era capaz de absorber compositores y reinterpretarlos en sus trabajos, tales como Chausson, Debussy y Strauss, aunque la mayoría coincide en que el octeto no tiene categoría y es una de las grandes innovaciones de su repertorio.

 

 

Quatuor Van Kuijk

Schubert: String Quartets 10 & 14 “Death and the maiden”

Alpha Classics  

Alumno del injustamente satanizado Salieri, Schubert compuso gran parte de sus cuartetos a los 16 años y es por ello que el Cuarteto para cuerdas no. 10 tiene aires de Mozart. Por otro lado, es casi una década después que escribe Der Tod und das Mädchen que simula un diálogo entre la Muerte y una mujer. La musicóloga Stéphane Goldet señala las partes “lentas” que representan a la muerte y tienen un toque masculino, mientras que  la “resistencia” pertenece a la joven doncella y sus súplicas por permanecer viva.

Ganadores de varios premios ente ellos el Best Beethoven y Best Haydn del Wigmore Hall international String Quartet competition, además de haber participado en los festivales de Verbier y Aix-en Provence respectivamente, este es el tercer álbum que el cuarteto francés lanza con Alpha Classics. ¿La verdad? Su versión de La muerte y la doncella es una que tiene que ir directo a playlist.

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Maestra en filosofía, publicista y aficionada a la música clásica


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