Wikipedia y los hombres que explican demasiado

Uno de cada diez editores de Wikipedia es mujer. ¿Por qué? ¿Qué se puede hacer para cambiar esa estadística?
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Hay cierta ironía en que 2008, cuando Rebecca Solnit publicó Men who explain things (ensayo que poco después popularizaría el término mansplaining)[1] fuera el mismo año en que la Fundación Wikimedia y la Universidad de Maastricht confirmaron que 90% de los editores de Wikipedia son hombres. 

Por las mismas fechas, otro estudio arrojó un porcentaje todavía menor de mujeres editando en Wikipedia:

Y para 2011 los datos no mejoraban:

***

Recientemente, a propósito de los quince años que cumplió Wikipedia, Jenny Kleeman planteaba una pregunta complicada:

Wikipedia es la enciclopedia más popular del mundo, una utopía de colaboración. Sin embargo solo uno de cada diez editores es mujer, ¿importa?

A lo largo del artículo, aunque Kleeman no da respuesta a su provocador cuestionamiento, hay dos hipótesis que me resultaron chocantes:

  1. Si alguna vez has hecho clic en la pestaña editar de un artículo de Wikipedia, entenderás que hay que tener un tipo particular de pensamiento convencionalmente masculino, puesto que hay cascadas de código que asemejan más a un programa de computadora que a un borrador de entrada de enciclopedia.
  2. Las mujeres necesitan tener confianza en que conocen y dominan un tema antes de que se atrevan a editar y rebatir una entrada en Wikipedia. Los hombres, por su parte, se preocupan menos por eso. (Esa combinación explosiva de exceso de confianza y despiste con la que Solnit definía el mansplaining)

Para cuando llegué a la parte en la que Kleeman explica que Fundación Wikimedia organiza reuniones con té, galletas, lap tops y capacitadores para ayudar a que nuevas editoras aprendan el oficio, y que las ediciones recientes se habían centrado en el ballet, los neurocientíficos, las mujeres australianas y las mujeres en la historia judía, no pude más y llamé a Dayra Chiu.

Dayra es Director City de Women Who Code Mexico, una organización global sin fines de lucro dedicada a inspirar a las mujeres a sobresalir en carreras de tecnología. El capítulo mexicano arrancó hace dos años en Colima y ahora cubren tres localidades: Colima, Mérida y ciudad de México.    

Women Who Code no la tiene fácil en México. Según datos de Compara Carreras (IMCO, 2015) más de 80% de los ingenieros son hombres y esto incluye a quienes estudian Ciencias de la Computación y Tecnologías de la Información. 

Dayra, por supuesto, no cree en que para programar o editar en Wikipedia se necesite un pensamiento “convencionalmente masculino”, pero no se engaña respecto a la participación de las mujeres en estas áreas y apoya la propuesta de que si Wikipedia quiere que más mujeres editen, debe aprender e implementar las mejores prácticas de plataformas más amigables e intuitivas. Podríamos debatir durante años las causas de la escasa participación de las mujeres en tecnología en general, y en Wikipedia en particular (Women Who Code cree que en parte se debe a la falta de modelos a seguir), pero el hecho es que no se están involucrando. Si modificar el sistema de gestión de contenidos (CMS, por sus siglas en inglés) de Wikipedia puede hacer más amable la entrada de las mujeres al oficio de editoras, vale la pena intentarlo.

Women Who Code trabaja dando talleres solo a mujeres, porque con ello intenta crea un ambiente de confianza y permitir que las chicas se desenvuelvan con mayor soltura. Pero, a diferencia de las reuniones de la Fundación Wikimedia no se centran en temas que pudieran parecer “naturalmente femeninos”. Esto es, no te enseñan a programar recetarios de cocina, ni páginas con mucho color rosa. 

Tras su experiencia con estos workshops tecnológicos, Dayra cree que efectivamente para las mujeres puede resultar más complicado confiar en lo que saben. Estas dudas de género no son gratuitas y quizá tienen que ver con lo complicado que es para las mujeres forjarse un “prestigio” y lo sorprendentemente sencillo que resulta perderlo. Así que si estos talleres ayudan a empoderarlas, al tiempo que aprenden cuestiones técnicas, bienvenidos sean.

 

 

P.d  Para publicar este artículo no se utilizó código HTML sino un CMS de lo más amigable. 

 

 


[1]Aunque al parecer el mansplaining es un vicio de larga data, como acá lo demuestra el Sr. Lyman Abbott quien, en 1903, nos hizo el favor de explicarnos por qué la mujeres no querían votar. 

 

 

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Es politóloga, periodista y editora. Todas las opiniones son a título personal.


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