(JVL/Conaculta)

Luis Nishizawa en el Antiguo Palacio del Arzobispado

Una exposición que recorre la extensa obra de Luis Nishizawa.
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Luis Nishizawa falleció el 24 de septiembre del año pasado, a menos de un año de su muerte, como homenaje por su labor artística, se inauguró el pasado 24 de abril en el Antiguo Palacio del Arzobispado la exhibición Luis Nishizawa: poeta del silencio, muestra significativa por ser una de las más grandes dedicadas al artista. La exposición, curada por Susana Pliego, cuenta con más de 120 obras (prestadas por el Museo de Arte Carrillo Gil, el Museo Nacional de la Estampa, el Museo Taller Luis Nishizawa, la Colección Pago en Especie de la SHCP y colecciones particulares) y abarca los distintos temas y técnicas que Nishizawa abordó durante su carrera. El autorretrato (Autorretrato, 1953), el paisaje (Paisaje de Chalco, 1992), la naturaleza muerta (Camarones, 1987), el retrato (María, 1971), las tradiciones mexicanas (Niña cargando a judas, S/F) y la abstracción (serie El Camino, 1997) son algunos de los temas; el óleo, el temple, el acrílico, la acuarela, el gouache, la aguatinta, la serigrafía, el encausto y la litografía, algunas de las técnicas.

En alguna ocasión, Luis Nishizawa (1918-2014) refirió que él no enseñaba pintura, sino técnicas de procedimiento, que él no buscaba formar artistas, sino artesanos. Él enseñaba a los jóvenes los métodos plásticos para que los dominaran y que después otros maestros se encargaran de enseñarles escultura, grabado y pintura, pues concebía el don artístico con algo originario que debía fortalecerse con el dominio de la técnica y así tener las herramientas para desarrollar su talento natural.

Pero ¿por qué apostar por la forma y los recursos, y menos por el fondo y las ideas? ¿Qué defiende el buen manejo de la técnica? Que Nishizawa se haya interesado por el perfeccionamiento y la transmisión de las técnicas a veces relegadas, se comprende desde el rescate de ciertos valores estéticos. En otra ocasión, mencionó la importancia del conocimiento del material y del conjunto de procedimientos para la elaboración de un mural; sabiéndola aplicar, la restauración en unos años sería nula. Lo que el artista buscaba rescatar, entre otras cosas, era la perdurabilidad de la pieza, entendiendo la conservación de la obra como un valor irrenunciable. El uso adecuado de la técnica manifiesta una especie de conocimiento científico del arte por parte del creador, en el que sin ir más lejos entran en juego la química (combinación de materiales) y la física (teoría de la luz y el color para la constitución). Siendo así, concebir al arte desde la técnica es entenderlo como una disciplina compleja que defiende valores como la permanencia y la composición acertada de las piezas.

Luis Nishizawa: poeta del silencio, revela lo anterior. El manejo de la atmósfera en sus paisajes, y la construcción de los rostros y cuerpos, apreciables en las salas Nishizawa Paisajista y Personajes, respectivamente, asientan el interés del “maestro de la técnica” por cimentar desde la permanencia de las obras.

Luis Nishizawa: poeta del silencio podrá verse hasta el 31 de julio en el Museo de Arte de la SHCP, Antiguo Palacio del Arzobispado. Moneda 4, Centro Histórico

(Fuente de las imágenes)

 

 

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(ciudad de México, 1985). Antropóloga Social y Abogada. Actualmente estudia pintura.


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