Lo mimo no e lo mimo

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Por ejemplo: el presidente de Cuba Raúl Castro declaró a la prensa en Venezuela que su gobierno está dispuesto a discutir con el de Estados Unidos sobre

derechos humanos, libertad de prensa, presos políticos, todo, todo, todo lo que quieran discutir, pero en igualdad de condiciones, sin la más mínima sombra a nuestra soberanía y sin la más mínima violación al derecho de la autodeterminación del pueblo cubano.

El presidente de Estados Unidos, señor Barack Obama, consideró esto una “señal de avance” y manifestó su interés en conversar con el presidente de Cuba sobre “derechos humanos, libertad de prensa, presos políticos.”

Más tarde, el presidente de Cuba Fidel Castro –que es más presidente de Cuba que su hermano Raúl– explicó por escrito que no se entendió bien lo que dijo su hermano el presidente de Cuba:

Al afirmar el presidente de Cuba que está dispuesto a discutir cualquier tema con el Presidente de Estados Unidos, expresa que no teme abordar cualquier tipo de asunto.

Así pues, “discutir cualquier tema” y “abordar cualquier asunto” podrá ser lo mismo, pero no es lo mismo. Discutir “derechos humanos, libertad de prensa, presos políticos” no es lo mismo que discutir “derechos humanos, libertad de prensa, presos políticos”: Unos –los de Raúl– son temas, y otros –los de Fidel– son asuntos.

Por lo pronto, parece que por “derecho de autodeterminación del pueblo cubano” debe entenderse únicamente lo que disponga la autodeterminación del presidente de Cuba Fidel, no lo que diga el presidente de Cuba Raúl. Ni mucho menos lo que diga el pueblo de Cuba, cuyo derecho a la autodeterminación básicamente consiste en apoyar la autodeterminación del presidente de Cuba Fidel.

De este modo, si un cubano quiere derechos humanos, se aceptará su autodeterminación de querer derechos humanos. Si quiere libertad de prensa, de opinión, de reunión, de pensamiento, de preferencia sexual, de religión y de buscar su realización personal como le venga en gana sin dañar a otros, se respetará su autodeterminación de ambicionar esos derechos.

En resumen: si quiere ser preso político, se aceptará su autodeterminación de ser preso político.

Para terminar, el presidente de Cuba Fidel –que cuenta con 167 años de edad– apeló a su autodeterminación y dijo: Los líderes pasan, los pueblos permanecen.

P.D. Una semana más tarde, el presidente de Cuba Fidel ha declarado, en la columna semanal que publica en un combativo diario liberal, que “Las autoridades mexicanas no le informaron al mundo la presencia de la epidemia esperando la visita de Obama.”

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Es un escritor, editorialista y académico, especialista en poesía mexicana moderna.


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