¡”Juanito” hacia la Silla I!

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Va de cuento, pero sin ficción (¡pues no estamos jugando, o qué!). El Presidente Legítimo de la República del Zócalo, don Andrés Manuel López Obrador, de quien uno diría que tonto no es, ni un ingenuo y torpe aprendiz de brujo, hizo una movida política genial: inventó al humilde, al entusiasta, al desde luego lopezobradorista “Juanito”, para que éste, colgando de los hilos y de la mano del astuto titiritero, se moviera un rato sobre el tablado, ganara los comicios de Iztapalapa gracias a su real popularidad “en público de la Gente” (exíjase titular mayúscula), y, luego, consciente de que su nobleza sólo consistiría en ser manipulable en favor del gran redentor, dejara el gobierno de la delegación de 1,820,888 habitantes (dice Wkipedia) a la señora Brugada, que en principio sería más adecuada que el muchacho, por ser más seria militante del más puro pejismo (o sea: la doctrina que dicta el Peje Máximo a las multitudes que en cada apoteósico mitin democráticamente lo eligen y reeligen a dedo índice alzado en el mero corazón de la ciudad). Y por un breve tiempo todo funcionaba a pedir de boca: “Juanito” triunfaba en las urnas y era aclamado por la Gente (exíjase titular mayúscula) y por el gran Legítimo (ídem), de modo que ya sólo quedaba que el buen muchacho, una vez cumplida su humilde tarea, delegase, como se convino, la delegación en la señora Brugada. Y…

Y… ya ves que sí, ¡posnó! El gran primer redentor de la Gente (exíjase titular mayúscula) ni se había olido que “Juanito” tenía su propio sueño y su plan y no se conformaría con ser el palero de su creador aunque ante éste se derritiera de cálida admiración, y puede ser que hasta de tórrida idolatría, pues él también traía en el pecho su corazoncito político y sus ganas de gobernar a su popular manera al popular Pueblo (exíjase titular mayúscula), sinónimo de la Gente (exíjase titular mayúscula). Y, ¡órale, valedor, que pa luego se me hace tarde!: he aquí que va “Juanito” y proclama que “Juanito” (a él le gusta echar de su ronco pecho el YO en 3ª persona del singular), aun si sigue metido entre comillas, es también un Legítimo, ¿pues acaso las urnas iztapalapeñas no lo han elegido a él?, y anuncia que la señora Brugada no se va “a colgar” de su popular popularidad para reinar ilegítimamente en todo el reino de Iztapalapa. De modo que ahora la muy pejista señora Brugada y los brigadistas brugadistas, o séase pejistas, si quieren tener siquiera el gobierno sobre 910,444 iztapalapenses (la mitad del pastel, pues), habrán de negociar, de concertar y concertaceder, y es que “Juanito”, aunque entre otras varias y distintas chambas es paletero, ya no es palero de nadie, sino también un posible y quizá ya postulable Legitimazo…

Y colorín colorado, el cuento (sin ficción) no se ha acabado. Ahora ya “Juanito”, estimándose un ídolo popular cual un renacido y actualizado Pepeltoro (“Cuates no se achicopalen,/ ni se aflijan,/ ni se aflojen,/ hay que votaaar”) dice por canales de televisión y otros medios que podría postularse para la silla nomberguán del país, es decir la mera mera Presidencial Silla, posquiótra.

Y…

Y, bueno, ¿por qué no?

¡Si no estamos jugando, Gente (exíjase titular mayúscula)!

Versión actualizada de la publicada previamente en Milenio Diario

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Es escritor, cinéfilo y periodista. Fue secretario de redacción de la revista Vuelta.


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