¿Es tan malo que el peso se devalúe?

La repentina salida de recursos en busca de instrumentos de inversión más seguros, podría provocar que México suba sus tasas de interés, realice cortos o incremente las subastas de dólares.
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Devaluación es la pérdida de valor de una moneda contra otra y, como dijo Montaigne: la ganancia de uno es la pérdida de otro. La teoría dicta que las economías con inflaciones altas, es decir aquellas en donde los precios suben constantemente (por ejemplo: México en los años 80) tienden, en el largo plazo, a depreciar sus monedas para equilibrar su valor con aquellos países en donde existe menor inflación. Las variaciones del valor de la moneda en el corto plazo se  explican a partir de la oferta y demanda de las mismas divisas. A mayor demanda, más vale una moneda.

Si la deuda griega se declara en moratoria  y es secundada por los PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España) los inversionistas buscarán lugares e instrumentos en donde su inversión esté más segura. Y probablemente preferirán invertir  en oro y bonos del tesoro de EUA,  para sacar sus recursos de puertos menos seguros como México.

La repentina salida de recursos en busca de instrumentos de inversión más seguros, podría provocar que México suba sus tasas de interés, realice cortos o incremente las subastas de dólares – instrumentos de política monetaria que permiten mantener los niveles de inflación y limitar la depreciación del precio (al limitar la disponibilidad del dinero en circulación y en consecuencia encarecerlo).

Pero, ¿es tan malo que el peso se devalúe? Depende de qué lado estemos. Me explico.

La cara ‘buena’ de la moneda

I. Si somos exportadores de mango, un desliz en el valor de la moneda nacional, nos viene muy bien porque inmediatamente nos volvemos más competitivos (con sus dólares los clientes pueden comprar más mangos que antes), lo anterior es válido siempre y cuando nuestra moneda se devalué más que el real brasileño o la rupia hindú (nuestros principales competidores en la exportación de este producto). La rupiaen los últimos 3 meses se ha apreciado en poco más del 10%, el real se ha depreciado en un 10% y el peso se ha devaluado en un 15%.

II. Lo mismo ocurre para el sector turismo: atraer turistas del extranjero debería ser más fácil porque podrían estar más noches en nuestros hoteles y comer mejor en nuestros restaurantes como consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo de nuestra moneda. (Al margen, claro, del tema de la seguridad)

III. El caso de la industria maquiladora de exportación podría ser otro ejemplo. Recibe insumos sin aranceles a los que  integra algunos componentes de mano de obra nacional y ¡voilá! exporta el producto terminado, facturando exclusivamente el valor agregado realizado en el país logrando reducciones en los costos pagados por esos conceptos. Lo anterior, le otorga una ventaja contra China que además de la apreciación de más del 5% del yuan contra el dólar sufre presiones alcistas en los costos de la mano de obra – con incrementos salariales anuales a una tasa del 17% anual –  lo que ha llevado a algunas empresas manufactureras a reconsidera regresar la producción a  EUA.

La otra cara de la moneda

En un escenario de devaluación quienes resultan más afectados son los importadores y quienes tienen deudas en moneda extranjera. Aunque en términos generales, el bolsillo de toda la población resiente las variaciones del tipo de cambio porque una parte importante de los productos son importados (por ejemplo: los granos y otros alimentos) o están elaborados con insumos provenientes del exterior y por tanto, al incrementarse los precios de los mismos, afectan el valor del producto. Si el insumo es de uso común, por ejemplo: la gasolina, se podría generar un efecto inflacionario en el total de la economía.

En México, un país tan acostumbrado a los vaivenes de la economía, no es tan común que las grandes empresas sigan padeciendo duros golpes por la variación de los tipos de cambio o tasas de interés. Han aprendido sus lecciones1  y ahora buscan cobertura en los mercados de derivados para estos asuntos. Son las empresas medianas y pequeñas, las que cuentan con una administración financiera menos sofisticada, las que sufren las consecuencias.

¿Cómo cerrará el tipo de cambio a fines de año? Imposible saberlo. El banquero de inversión Pablo Rion en una conferencia a la que asistí hace un par de semanas lo situaba en 12.50,  Banamex lo calcula en 13.20  y Scotiabank en 12.93. Soy optimista y coincido con Guillermo Ortíz y el documento que presentó el Fondo Monetario Internacional hace un par de meses: las condiciones de México son las mejores en mucho tiempo, el peso podría estar un poco subvaluado pero podemos esperar que la economía, en su conjunto, no resulte tan afectada como en otras devaluaciones.

 

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1 Aunque hay excepciones,  por ejemplo, lo que está viviendo la principal productora de celulosa de eucalipto, la empresa brasileña Fibria, que al contar con el 9% de sus deudas denominadas en dólares, le produjo la devaluación del real una pérdida neta de 1100 millones de Reales (625 millones de dólares).

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es asesor financiero, Gerente de la Practica Financiera de Visionaria.


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