Cuauhtémoc y Belisario

El senado de la república entregó al Cuauhtémoc Cárdenas la medalla "Belisario Domínguez". 
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El senado de la república entregó al Ing. Cuauhtémoc Cárdenas la medalla “Belisario Domínguez”, presea creada en 1953 por el presidente Adolfo Ruiz Cortines, quien dispuso:

Se crea la Medalla de Honor “Belisario Domínguez” del Senado de la República, para premiar a los hombres y mujeres mexicanos que se hayan distinguido por su ciencia o su virtud en grado eminente, como servidores de nuestra Patria o de la Humanidad.

La idea que el senado ha tenido de la “virtud eminente” ha sido por lo general atinada. Sólo en una ocasión, que yo sepa, perdió estrepitosamente la puntería: entre la buena cantidad de prohombres y (pro)mujeres que la han ameritado figuró el prozombie Fidel Velázquez.  

Confieso no hallarme del todo satisfecho con la entrega de esa medalla al Ing. Cárdenas. Lo escuché cuando fundaba el Frente Democrático Nacional, y me pareció sensato e inteligente. (Fue en 1987, en casa de Ninfa Santos, cuando los mítines eran de treinta personas.) No dudé en darle mi voto en 1988, en 1994 y en 1997 a pesar –hijo del 68 que soy– de que en aquel año aciago Cárdenas trabajaba para la viscosa Confederación Nacional Campesina del PRI.

Mi decepción ocurrió en marzo de 1998. En su calidad de jefe de gobierno del DF, y ya en precampaña por la presidencia, acudió a la UNAM y le advirtió al entonces rector, Dr. Francisco Barnés, que ni su administración, ni su PRD ni él mismo –como jefe de gobierno ni como presidente de la república (en caso de llegar al cargo)– tolerarían que la UNAM reformase su reglamento de pagos.

Más allá de las complejidades del asunto de la “gratuidad”, aprecié que al obrar así Cárdenas agraviaba la autonomía de la UNAM, y eso a mí pues me molesta mucho.

De acuerdo a la Constitución, es facultad exclusiva de la universidad darse planes y programas y tomar las decisiones que la afectan. El rector, escribí entonces aquí (página 60), carece de poder para acudir a las oficinas del DF a exigirle a su titular que el agua o el predial sean gratuitos…

Hay una visión simplona en el sentido de que la autonomía existe sólo para defender a la UNAM del gobierno federal “al cual se le considera como el principal conculcador de la propia autonomía”, como escribe el Dr. Héctor Fix Zamudio en “Definición de autonomía” (antologado en La UNAM: el debate pendiente, UNAM, 2001). Fue ese el caso en 1968, desde luego, pero como explica el jurista:

Durante los más de 40 años que he vivido intensamente la vida universitaria, he presenciado numerosos conflictos, cuyos numerosos factores no han provenido de la directa intervención gubernamental, sino de la participacón de partidos y grupos políticos a los que estaban vinculados los líderes estudiantiles, académicos y en ocasiones administrativos que afectaron, algunas veces muy gravemente, los fines esenciales de la Universidad. 

Se trata de grupos y partidos políticos que, continúa el Dr. Fix Zamudio,

han intervenido en nuestra Casa de Estudios (…) y que por la fuerza han paralizado las actividades universitarias en varias ocasiones y con distinta duración, pero la última [en 1999-2000] de manera muy prolongada y con enorme deterioro de la vida académica universitaria, impidiendo las reformas institucionales que requiere.

Cuando Cárdenas decidió que su poder y su interés políticos pesaban sobre la autonomía universitaria cometió una falta que ampliaba el hallarse, además, rodeado de militantes partidistas que, como estudiantes, habían cerrado la UNAM en 1987, eran ya funcionarios de su gobierno, lo serían del de Rosario Robles y, eventualmente, hasta de la UNAM, que lo perdona (casi) todo.

Sigo observando poca virtud en esa conducta del Ing. Cárdenas y en la de cualquier partido que se entrometa en la UNAM agraviando la disposición superior que le exige normarse con total autonomía. Pero si lamento ese episodio de la trayectoria del Ing. Cárdenas, encuentro virtud en grado eminente en su tenacidad democrática.

Y celebro que, en 2002, la medalla “Belisario Domínguez” haya sido también para el Dr. Fix Zamudio.

Publicado previamente en El Universal

 

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Es un escritor, editorialista y académico, especialista en poesía mexicana moderna.


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