Cómo escribir relatos policíacos en tres breves tiempos

Reseña sobre el libro Cómo escribir relatos policíacos de G. K. Chesterton.
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Una de las mejores frases del libro:

“cualquiera puede fingir que es sabio, pero no que es ingenioso”.

Otra:

“Nadie ha escrito ese libro que cada día espero ver en los estantes de las librerías titulado Cómo escribir un relato de detectives”.

Y una más:

“Sherlock Holmes habría sido mejor detective si hubiese sido filósofo, si hubiese sido poeta o incluso si hubiese estado enamorado”.

Estas tres frases provienen del libro Cómo escribir relatos policíacos de G. K. Chesterton y que Acantilado publica este 2011 en traducción de Miguel Temprano García (aquí hay un extracto del libro). Este libro es bueno por tres razones:

1) Porque este libro no existe en inglés. Miguel Temprano García, además de traducir, se ha dedicado a recopilar textos –conferencias, notas autobiográficas, notas periodísticas– que Chesterton dedicó al relato de detectives.

2) Porque en Acantilado editan libros como si pulieran diamantes

3) Porque uno se cansa de leer que Chesterton dice lo mismo durante las 250 páginas que duran su reflexiones; es decir, porque uno se da cuenta de que el inglés tienen algo que decir, lo dice y, además, se asegura que lo recordemos.

Cada una de las razones se corresponde con las tres grandes frases del libro:

1) Porque alguien sabe –en este caso el traductor y editor– que el ingenio no lo es todo, y que hay veces en que hace falta sabiduría para hacer algo que valga la pena.

2) Porque Acantilado le ha cumplido el capricho a Chesterton

3) Porque Chesterton sabe que el más grande detective de todos los tiempos no es Sherlock Holmes, sino C. Auguste Dupin, y también sabe que eso no importa.

Lo demás es la cotidianeidad de un escritor que dedicó buena parte de su tiempo a la creación y la lectura de relatos detectivescos: su relato favorito (El último caso de Trent), sus ideas para escribir El hombre que fue jueves, sus experimentos narrativos en el Detection Club (como la novela colectiva The floating admiral), sus críticas y análisis de los libros de Conan Doyle, su increíble ingenio para relacionar el relato de detectives y el mundo: la política, el secreto, la lógica, la psicología, la razón.

Lo demás, quiero decir, es nada, apenas trazos de alguien que habla y habla y habla sobre lo mismo y que no deja otra alternativa más que la de disfrutar su monólogo.

Una delicia.

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Es profesor de literatura en la Universidad de Pennsylvania, en Filadelfia.


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