Hollywood y el casting couch

Un texto que rescata las experiencias que Marilyn Monroe, Susan Sarandon, Gwyneth Paltrow y muchas otras tuvieron con directores de casting que les ofrecieron papeles a cambio de favores sexuales. 
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Una de las leyendas más extendidas del cine involucra a Marilyn Monroe. Se cuenta que la estrella explota al firmar un contrato millonario para una película: “¡Esta es la última polla que voy a chupar!”, grita mientras rubrica. Después, la actriz abandona la oficina del estudio dejando atrás mejillas encendidas. Que la actriz consiga protagónicos por su habilidad en la estimulación bucal, se antoja a chisme. Sin embargo, esta versión es sostenida por Norman Mailer, dos veces ganador del premio Pulitzer y biógrafo de Monroe, por cuyo desasosegante libro Marilyn: A Biography recibe algunos venablos de Arthur Miller. “Claro, todos sabemos del casting couch en Hollywood”, dice Mailer al evocar el caso Monroe. “Yo doy por sentado que la crueldad es inmensa”. Para unos, el trato carnal como condicionante es una tropelía recurrente contra los actores y actrices ávidos de conseguir un papel en una cinta. Para otros, es una sospecha y nada más. A continuación, un repaso a este sonrojante mito.

El término ‘casting couch’ proviene de la industria cinematográfica y hace referencia al proceso de selección de un actor para interpretar a un personaje; y al sofá, que el actor encuentra donde es citado, en el que el director o productor le pide someterse a su voluntad para ratificar sus competencias. La actriz Gwyneth Paltrow, ganadora del Oscar por su actuación en Shakespeare in Love, afirma tener una experiencia con el ‘casting couch’ al inicio de su carrera: “Sí, cuando estaba empezando alguien sugirió que termináramos nuestra reunión en el dormitorio. Me fui. Estaba muy impactada. Pude ver cómo alguien que no fuera muy entendida de estas cosas pudiera ser capaz de pensar: ¡mi carrera se arruinará si no le hago a este tipo una felación!” Por su parte, Susan Sarandon confiesa algo similar sobre sus primeros años como actriz en Nueva York: “Entré a la habitación y un sujeto prácticamente me arrojó al escritorio”. La actriz evita decir nombres. “Fue realmente desagradable”, añade, resaltando que el acto no fue exitoso. Susan Sarandon gana el Oscar por Dead Man Walking.

Thandie Newton, actriz en The Pursuit of Happyness, Crash, entre otras, cuenta una escalofriante historia sobre estos abusos. A los dieciocho años asiste a una prueba de cámara. En la oficina están presentes el director de la película y la directora de casting. Entonces, el director le pide que abra las piernas e imagine hacer el amor con el personaje con el que dialogará en la escena. Todo esto mientras el director apunta la cámara hacia las partes pudendas de Newton. La joven actriz está desconcertada, pero accede, asumiendo que esta situación ocurre en un entorno profesional. La actriz no se queda con el papel. Tres años más tarde, Thandie Newton asiste al Festival de Cannes en compañía de su esposo. Allí, un productor británico le confiesa que el director para el que ella audicionó solía mostrar la grabación de Newton, tocándose, a amigos en su casa. “No se trata solamente que la persona abusada diga no, sino la gente a su alrededor”, dice Newton. “Es realmente extraño cómo la violencia contra la mujer no es una prioridad en el mundo”, agrega la actriz, vinculada con el movimiento One Billion Rising, a favor de la justicia y equidad de género.

En el mundo gay también hay seleccionadores de exagerado apetito sexual. Neil Meron y Craig Zadan, productores ejecutivos de la película musical Chicago, reconocen la existencia del ‘casting couch’ homosexual. “Obviamente hay casting couch gay”, dice Zadan. Luego, elude la carga de prueba: “Pero no conozco a nadie, hetero o gay, que haya dormido con alguien y obtenido trabajo”. Su socio Neil Meron ofrece entonces un matiz: “Existe ese mito en Hollywood. Estoy seguro que ese mito tiene su fundamento en un tipo de realidad, pero ¿que hemos escuchado historias? ¡Claro!” En 2008, Neil Meron y Craig Zadan reciben un reconocimiento a su distinguida carrera otorgado por el Casting Society of America.

Mientras unos se reservan la identidad de los acosadores, otros revelan nombres y apellidos. El director francés Jean-Claude Brisseau es encontrado culpable de abusar de dos actrices durante el proceso de selección de su película Choses Secrètes, en el que el realizador les pedía se masturbaran recíprocamente. El director se gratificaba también en dichas sesiones. “Esas audiciones eróticas son indispensables”, explica Brisseau al diario francés Libération. Para el director de casting Toni Cusumano, las mujeres adolescentes a inicios de la veintena son las más susceptibles a estos abusos. “Las jóvenes actrices inexpertas que audicionan para películas independientes de bajo presupuesto, son las más crédulas y las que corren mayores riesgos”, dice. Pero ellas no son las únicas en la mirilla de los depredadores. Las actrices Alison Arngrim y Mary McDonough revelan en sendos libros biográficos, Confessions of a Prairie Bitch: How I Survived Nellie Oleson and Learned to Love Being Hated, y Lessons from the Mountain, respectivamente, las duras experiencias de niños y niñas actores victimizados por directores y seleccionadores.

El escritor Jeff Fecke considera que estos abusos obedecen al trato diferenciado que los productores y directores dispensan a los actores y actrices. “Hollywood tiene diferentes reglas para los hombres y las mujeres. Los trata, los recompensa y los recluta diferente”, dice al referirse al caso del director polaco-francés Roman Polanski que en 1977 drogara y violara a una niña a la que tomaba fotografías, para después escapar de la justicia, que lleva eludiendo más de treinta años. “El crimen de Polanski es minimizado porque golpea demasiado cerca de casa (…) Usó la fuerza cuando otros utilizan coerciones; usó drogas cuando otros utilizan zanahorias colgantes; escogió como víctima a una niña de trece años en lugar de una de veinte. Su crimen se emparenta con las transgresiones diarias que continúan marcando la actitud de Hollywood hacia las actrices”, comenta el firmante del libro The Valkyrie’s Tale. Roman Polanski presenta en la edición de Cannes 2013 su más reciente película La Vénus à la fourrure, la historia de una actriz que audiciona para una obra. 

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Guionista egresado con Mención Honorífica de la carrera de Ingeniería Industrial y de Sistemas por el Tecnológico de Monterrey.


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