- Reírse de la religión, como lleva haciendo Charlie Hebdo desde sus inicios, es una forma de desactivar su solemnidad asfixiante, de perderle el miedo.
- La religión está tan enmarcada en el rito que puede prescindir de Dios. Lo que importa es lo que tiene de alteración de la cotidianidad, de reunión en comunidad.