- Aunque el formato del debate fue superior a los de elecciones anteriores, los tres candidatos principales tomaron pocos riesgos en sus propuestas, por lo que el ejercicio sirvió para poco más que confirmar creencias, prejuicios, filias y fobias.
- El breve pero poderoso discurso de Emma González, líder del movimiento contra la venta indiscriminada de armas en Estados Unidos, demuestra que cuando hay esencia y hay causa, el silencio conmueve y convence tanto como las palabras.
- En su discurso en Ciudad Juárez, López Obrador se apegó atinadamente a los principios de la retórica, pero también reafirmó algunas de sus ideas más inquietantes.
- La respuesta de Facebook ante la crisis desatada por el caso Cambridge Analytica fue tardía, y hubo en ella pocos indicios de una voluntad para rendir cuentas sobre el manejo que hace de los datos personales de sus usuarios.
- El cierre debe ser la parte más emotiva y memorable de un discurso. Pero al hablar ante la poderosa Asociación de Bancos de México, los tres principales candidatos a la presidencia se quedaron cortos en esa porción.
- Las encuestas medirán el impacto que las acusaciones de la PGR han tenido en la posición en la contienda del candidato de Por México al Frente. Pero hay un daño que no van a registrar: la pérdida de la narrativa de una promesa de cambio centrada en la honestidad.
- El discurso de cierre de precampaña de Andrés Manuel López Obrador no deja ver la moderación que presumen sus spots y sus voceros. Se trata del mismo discurso populista que toma su energía del conflicto entre el pueblo y el no-pueblo.
- Es muy bueno que varios periodistas convoquen a los aspirantes a la presidencia y a voceros de sus campañas para debatir en distintos espacios. Pero tristemente, lo que estamos viendo dista mucho de ser ejercicios serios de contraste de ideas y argumentos bien elaborados.
- Al usar palabras de Martin Luther King para su anuncio, una empresa automotriz cometió varios errores que explican el revuelo mediático subsecuente.