- Por definición, la crítica es un oficio a contracorriente. Alrededor de ella crece la sombra de la sospecha: se duda de su función, sus intenciones e incluso de su valor literario. Sin embargo, una crítica amplia y con arrojo es indispensable para la salud de nuestras letras.
- La técnica de montaje de Eisenstein deslumbró a Elizondo. La admiración que tuvo por el director quedó patente en sus ensayos sobre cine, pero sobre todo en el aprendizaje que culminó en Farabeuf.
- Desempeñó un papel central en la caída del zar, pero titubeó ante los bolcheviques. Sus meses como parte del gobierno provisional fueron los más democráticos de Rusia. De su fracaso liberal nació el siglo XX.
- Mutis no fue un gran novelista y, sin embargo, su saga de Maqroll el Gaviero es generosa en títulos y escenarios. Esas aventuras fueron en realidad un divertimento, la merecida vacación de un poeta de primer nivel.
- Fue el más lúcido de los liberales de izquierda: combatió el totalitarismo soviético y criticó también los desaciertos de las democracias. Todorov encarnó, como pocos, el espíritu de la Ilustración.
- Kubrick fue un agudo crítico del romanticismo y de las guerras públicas y privadas a las que nos ha conducido. Sus películas retratan la degeneración del héroe romántico, “plenamente integrado a un ideal”.