Ilustración: Manuel Monroy

Salir del infierno

Alda Merini pasó de los electrochoques a una poesía intensa y original, de una sorprendente inspiración religiosa. Más que el testimonio de una enfermedad, su obra explora los abismos del espíritu.
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La poesía católica moderna sigue haciendo milagros. En Italia, en un manicomio, un médico le recomienda a su paciente que escriba poemas, y lo que pudo ser simple terapia desemboca en auténtica creación.

Alda Merini (1931-2009) pasó de los electrochoques a una poesía intensa y original celebrada por Montale, Quasimodo y Pasolini. Ese reconocimiento, el de la Academia Francesa que la propuso para el Premio Nobel, su enfermedad, el morbo de los periodistas fascinados por su inteligencia, humor y desenvoltura en las entrevistas (que abundan en YouTube) la hicieron famosa (está en la Wikipedia de diecisiete idiomas). Nació en la pobreza y murió casi indigente, con ánimo franciscano.

Su poesía es confesional. Recuerda los infiernos de Robert Lowell (1917-1977), otro poeta católico moderno y hospitalizado por la misma enfermedad mental (trastorno bipolar), aunque vivir entre el entusiasmo y el desánimo no parece cosa de locos, sino de la vida normal.

En español, sus libros han sido traducidos por Jeannette L. Clariond, que publicó en España La tierra santa (Pre-Textos, 2002) y Baladas no pagadas (La Poesía, Señor Hidalgo, 2005); y en su propia editorial, Vaso Roto (Monterrey-Barcelona), Cuerpo de amor (2009), Magnificat (2009), La carne de los ángeles (2009), Francisco. Canto de una criatura(2014) y la selección Cuerpo del dolor (2017). Tiene en prensa Padre mío y en preparación Delito de vida. De la selección son los poemas reproducidos con su autorización.

Vaso Roto es un oasis de inteligencia, buen gusto y amor a la poesía. Todas las ediciones de Merini son bilingües, con el poema en italiano a la izquierda y la traducción en la página opuesta. Cuerpo del dolor incluye reproducciones a todo color de cuadros de la Colección de Arte Religioso Moderno de los Museos Vaticanos. Detalle mejorable: los poemas merecen una tipografía más grande.

La traducción es excelente. Tiene los méritos del traductor profesional y la afinidad de una amiga, poeta por sus propios méritos. ~

 

Poemas, de Alda Merini

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(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.


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