Yoani Sánchez: dinero, internet y Fidel

Si hubiera un acceso generalizado a internet, ¿habría una primavera cubana? Yoani no lo cree.
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Me da la impresión de que ahora tienes más acceso a internet que antes, le dije a Yoani Sánchez en la entrevista que le hice a ella y a su esposo, el periodista Reinaldo Escobar, en el Hotel Inglaterra de La Habana, el 1 de enero pasado. En la biografía de Yoani en Ecured, el proyecto de Wikipedia del Estado cubano, se indica que “pocas personas se explican cómo puede Yoani escribir en su blog día tras día”. Luego, menciona la vez que los periodistas acreditados para la Feria Internacional de Turismo, en el Hotel Nacional, la vieron sentada en el vestíbulo conectada al wi-fi del hotel, unos 10 euros la hora.

El financiamiento de Yoani ha sido motivo de numerosos artículos dentro del sector simpatizante con el gobierno castrista[1]. En la edición en español de Le Monde Diplomatique, Salim Lamrani[2] afirma que a Yoani se le han pagado 250,000 euros en concepto de premios, “el equivalente a 1,488 años del salario mínimo cubano por su actividad de opositora”, escribe (en este enlace puede consultarse la lista de los premios y sus montos, cuya suma es menor de la citada, aunque no por demasiado). Luego refiere un cable confidencial[3] de la Sección de Intereses Norteamericanos (SINA) en Cuba, expuesto por WikiLeaks, que exhibe las “reuniones regulares” de Yoani con Michael Parmly, antiguo jefe de la SINA (el cable está disponible aquí y relata un encuentro con ella y Reinaldo Escobar para discutir “propuestas originales de diálogo cívico”; aquí otro cable con observaciones sobre el estado de los derechos humanos en Cuba y la disidencia, firmado por Jonathan Farrar, sucesor de Parmly. En este texto de The New York Times puede verse un resumen de los cables relevantes, que exhiben también el apoyo de Washington a la oposición cubana.)

La reforma migratoria le permite ahora a Yoani realizar una gira por Europa y América (desde el 17 de febrero ha visitado tres ciudades de Brasil; Praga, Burgos y el pasado fin de semana, Puebla), de la que también ha tenido que explicar el financiamiento.  Su mayor acceso a internet tiene, dice, un origen similar: la cooperación de lectores y organizaciones que la apoyan.

 “¿Qué ha pasado? Que viene mucha gente a Cuba que lee mi blog y me sigue en Twitter, y el último día en La Habana me dice: «Tengo una tarjeta prepago para conectarte en el Hotel Plaza o en el Hotel Parque Central o en el Hotel Nacional, te la regalo».  En Twitter publico por SMS, y mucha gente que me lee me recarga el móvil a través de internet. También, escribo varios textos en casa y cuando logro conectarme, WordPress me permite dejar programados los textos […] Pero no tenemos acceso a internet en casa, eso sigue igualito que el 9 de abril de 2007 en que empecé mi blog: en cero”.

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En octubre de 2010, el periódico Granma informó que el cable de fibra óptica que conecta Cuba con Venezuela estaría operativo para julio de 2011. El internet en Cuba es satelital: solo las dependencias de gobierno, algunos hoteles y centros de computación pueden conectarse a él, y cuando lo hacen el servicio es lento y restringido. La nota de Granma no dice abiertamente que con el cable, llamado ALBA-1 (Alternativa Bolivariana para los Pueblos de nuestra América), habrá más internet, sino que su existencia permitiría “multiplicar por 3,000 las velocidades actuales de transmisión de datos, imágenes y voz”. Hasta enero de 2013, la serpiente muerta debajo del Caribe empezó a dar señales de vida.

“En 2008 decían que no era posible conectarse masivamente a la web porque el bloqueo norteamericano impedía a Cuba comprar capacidad en los satélites o conectarse a los cables de fibra óptica que pasaban cerca, y en ese caso tenían razón. Hay limitaciones de tipo financiero y económico que el embargo impone”, dice Sánchez. “Pero no tenían razón en prometer que todo eso se solucionaría cuando se conectara el cable entre Cuba y Venezuela. Ya pasaron más de dos años de que el tendido arribó a la zona costera del oriente cubano, y sencillamente no se sabe lo que ha pasado. Algunos especulan que compraron el cable equivocado y que hubo un gran brote de corrupción en la empresa de telefonía que se ocupó del asunto. Otros dicen que el cable fue dañado por las condiciones climatológicas y por los propios tiburones de la zona, precisamente porque no era de la calidad correcta. Y otros más dicen que el cable sí está funcionando y ha sido destinado exclusivamente al tráfico de datos de seguridad e inteligencia entre Cuba y Venezuela. Yo creo que, independientemente de que esté operativo o no, el sistema cubano no está preparado para abrirse a la libertad informativa masiva”.

 

Nota de la empresa de Telecomunicaciones de Cuba, ETECSA, en Granma: la puesta en operación del cable submarino no significará que automáticamente se multipliquen las posibilidades de acceso.

 

 

“Además de enterarnos de matices de la realidad mundial, nos llegarían noticias de nosotros mismos: ahora mismo puede estar ocurriendo un evento opositor a unos pocos metros y no me entero porque ningún medio nacional lo difunde. O puede estar cayendo en desgracia un alto funcionario del gobierno por corrupción y los medios nacionales no lo informan. Uno de los grandes golpes para el gobierno sería que entraríamos de pronto a descubrir una Cuba que no podemos ver por la falta de una conexión informativa”.

(Búsqueda en Granma: opositor. Resultados: 9 de cada 10 conciernen a Hugo Chávez y Venezuela)

“La gente ha encontrado sustitutos del internet. Por ejemplo, si vas a un sitio web como revolico.com, que es un gran mercado online, bloqueado en Cuba pero al que se puede entrar con proxy, encontrarás mucha gente que vende paquetes de gigas de software, filmes, documentales, información. Mucha gente se ha conformado y ya no se pregunta cómo sería si no tuvieras que comprar los paquetes de información y los pudieras tener en un ordenador en tu casa conectado a internet”.

 

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Reinaldo Escobar recuerda un dicho politiquero en la República de Cuba: lo bueno que tiene esto es lo malo que se está poniendo, lo que me lleva a esta cuestión: si hubiera un acceso generalizado a internet, ¿habría una primavera cubana? Yoani no lo cree.

“El internet ayuda a la convocatoria, pero no veo un fermento cívico, una conciencia ciudadana, que lleve a la gente a la calle a demandar sus derechos. Por regla general, los cubanos prefieren resolver su problema personal ante el nacional, porque durante 54 años, desde muy pequeños, nos han hecho creer que el país pertenece a los que lo liberaron, que el país es de los revolucionarios. Esto es un sistema que se ha hecho a imagen y semejanza de un hombre y está tan ligado a la vida de ese hombre que se volvió muy personalista y piramidal, y por tanto es muy difícil que sobreviva. El problema no es solamente eso, más allá de Fidel Castro, es una casta de gente que peleó en la Sierra Maestra, que utiliza ese poder histórico y el linaje que les da el haber participado en aquel momento con las armas en la mano, sobre las otras generaciones que no tuvieron las armas para llegar al poder”.

 

En Granma: Capítulo 1 de La victoria estratégica, de Fidel Castro, sobre los hechos que culminaron con la entrada del Ejército Rebelde en La Habana gobernada por la dictadura de Fulgencio Batista.

 

“Yo tengo la impresión de que nos vamos a sorprender de lo rápido que se va diluir este sistema en nuestras vidas”, dice Yoani. “Incluso la propia figura de Fidel Castro. Mi sobrina, hace unos años, lo vio en el televisor y preguntó quién era. No porque en la escuela no se lo mencionen constantemente o porque su rostro no esté en todos los libros de texto, pero es que le enseñaban la foto de cuando era joven. Lo estamos olvidando en vida, que creo es el mejor final para los autócratas. Decirle: estamos pasando la página nacional, contigo respirando. Qué cosa, eh”.

 

 


[1] Algunos artículos en contra de Yoani Sánchez son representativos: Emilio Marín escribe en América Latina en Movimiento que “es una doña nadie (…) dedicada full time a denostar a su propio país, su sistema político y sociedad, su cultura, logros educacionales y sanitarios”, añadiendo que “se podrá criticar el modelo político insular, pero difícilmente se pueda sostener una mentira como la de Sánchez, que lo descalifica como una dictadura”.

[2] Detalles: Lamrani, colaborador habitual de Rebelion.org, escribió ahí 40 preguntas para Sánchez, una de ellas: ¿Todavía es su objetivo establecer un ‘capitalismo sui generis’ en Cuba? Otros textos de Lamrani revelan una larga entrevista a Mariela Castro sobre los avances en educación sexual en Cuba y una editorial en la que propone a Raúl Castro como el principal disidente del gobierno cubano, a razón de su autocrítica saludable.

[3] La publicación de numerosos cables entre la SINA y Washington revela repetidos encuentros entre la disidencia cubana y la diplomacia norteamericana. Sin embargo, los medios oficialistas han aprovechado para hacer lecturas sesgadas como ésta, donde un comentario de Yoani Sánchez a la subsecretaria de Estado para América Latina, Bisa Williams, sobre las posibilidades de contar con PayPal y tarjeta de crédito, son exhibidos como peticiones para obtener los mismos.

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Escritora y periodista.


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