¿Prefieres un Porsche o un Ford Pinto?

Cuatro buenos ejemplos de discursos de película que son persuasivos porque transfieren el poder de quien habla a quien los escucha.
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Al oír la palabra “discurso”, mucha gente se imagina a un político haciendo promesas vacías que no tardará mucho en incumplir. Pero en realidad los discursos son una poderosa herramienta para cualquier líder. Un dirigente de movimiento social, una directora de empresa, un capitán de un equipo deportivo, un general antes de la batalla, una representante vecinal: todos aquellos con la responsabilidad de tomar decisiones tienen o tendrán en algún momento que dar un discurso con la intención de convencer a la gente de hacer algo. Esto es lo que en retórica se conoce como “el llamado a la acción”.

Hoy quiero comentar cuatro buenos ejemplos de discursos de película que son persuasivos porque transfieren el poder de quien habla a quien los escucha, al hacerles ver que su destino está en sus manos, y porque plantean con claridad cuáles son las alternativas que enfrenta su audiencia: una inaceptable y otra deseable. Son discursos con un eficaz llamado a la acción.

1)  Al Pacino en Any Given Sunday, personifica al entrenador de un equipo de futbol americano que enfrenta la mayor batalla de su carrera, el juego donde se define todo. El orador pone las cosas muy claras: este deporte se juega y se gana peleando cada pulgada de terreno al adversario. Podemos salir divididos a la cancha y caer derrotados como individuos, o podemos mantenernos unidos, sanar como equipo y alcanzar la victoria. El resultado es una verdadera inyección de ánimo para los jugadores, quienes gruñen, maldicen y salen a darlo todo.

2) En “V for Vendetta”, Hugo Weaving interpreta al luchador anarquista “V” en una Inglaterra del futuro que ha caído en la opresión de un gobierno totalitario. El personaje se dirige a un pueblo británico aletargado, diciéndoles sin rodeos: si quieren encontrar culpables de que este país se haya vuelto una tiranía, mírense al espejo. Pero la solución también está en sus manos. “Si los crímenes de este gobierno son desconocidos para ustedes, entonces les sugiero que permitan que el 5 de noviembre pase desapercibido. Pero si ven lo que yo veo, si sienten lo que yo siento y si buscan lo que yo busco, entonces les pido que estén a mi lado dentro de un año, a las puertas del Parlamento, y juntos les daremos un 5 de noviembre que nunca, nunca será olvidado.” El resultado de este llamado a la acción es definitorio en la trama de la película.

3) En 300, la exitosa película que narra la Batalla de las Termopilas entre Persia y Esparta, el soldado espartano Dilios plantea un elocuente llamado a la acción. El orador opone la oscuridad, la tiranía y el misticismo del imperio del megalómano rey Jerjes a la luz de la razón y la libertad que representa Grecia, cuna de la filosofía y la democracia modernas. Son esclavos contra hombres libres. Obviamente, los 40 mil soldados que escuchan el discurso, pronunciado sin necesidad de micrófono o teleprompter, eligen lanzarse con todo a la batalla en una escena muy emocionante.

4) En “El Lobo de Wall Street”, el antihéroe Jordan Belfort, interpretado por Leonardo DiCaprio, da una lección magistral de llamado a la acción. Al dirigirse a su fuerza de ventas, les dice que sus opciones son: ser agresivos agentes de bolsa, colocar acciones y ganar mucho dinero o fracasar y vivir en la mediocridad. Y es muy claro al respecto cuando les asegura: “no hay nobleza en la pobreza”. De ustedes, les dice Belfort, depende si terminan manejando un Porsche nuevo junto a una bella y joven esposa, o en un espantoso Ford Pinto cargado con sus compras del Price Club y un adefesio a su lado. Su audiencia lo tiene claro: es el Porsche y la esposa guapa o nada. Coincido.

Tal vez a muchos de ustedes les llegará el día de tomar el micrófono y dirigirse a un público, que puede ser su familia, su junta de condóminos, sus jefes, su equipo de trabajo o el Honorable Congreso de la Unión. Y más vale que su discurso sea bueno y logren que quienes los escuchan les entiendan, les crean y, sobre todo, les sigan. Espero que estos ejemplos los inspiren, porque como dice “V”: las palabras dan significado a las cosas y para aquellos que escuchan, anuncian la verdad.

 

 

 

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Especialista en discurso político y manejo de crisis.


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